
Todo empezó mucho antes del año 2013, empezó cuando yo era pequeña y mi tía Rosa me enseñó un álbum de su viaje a Kenia, un viaje que ella hizo cuando yo tenía cuatro años de edad.
Las fotos de sus safaris llenas de animales salvajes y libres en su ambiente natural en la sabana africana marcaron mi infancia y me hicieron soñar en que algún día yo también visitaría Kenia.
Regresando al año 2013, a un año de terminar la carrera de Biología en la Universidad de Guadalajara (México), vi un correo de un curso que ofrecía BIOMAS sobre “Los Grandes Mamíferos Africanos”, y el curso se impartía justamente en ¡Kenia! Solo al ver el curso, me emocioné, y sin pensarlo mucho les pregunté a mis padres si podían financiármelo.
Toda mi familia sabía que pisar África era uno de mis sueños, y todos sabíamos que el curso me ayudaría de manera curricular, así que tras unas semanas de analizarlo, mis padres finalmente accedieron. Todo estaba calculado, ese verano iba a España a visitar a mi familia materna, incluyendo a mi tía Rosa, y desde España volaría a Kenia, en donde estaría 10 días tomando el curso, y después en cuanto regresara a España, volaría de regreso a México a empezar mis clases de mi penúltimo semestre de la carrera.
Sin embargo, la vida siempre tiene sorpresas para ti, y aunque ya todo el viaje estaba planeado, pagado y preparado; justo solo tres días antes de viajar escuchamos en las noticias que el aeropuerto de Nairobi, Kenia, se había incendiado por lo que todos los vuelos habían sido cancelados. Al principio, no lo podía creer, y lo único que pensaba era: “¿Por qué a unos días de cumplir mi sueño, tuvo que suceder un incendio justo en el aeropuerto adonde tenía que llegar?” Cuando llamé a la aerolínea me dijeron que solo el mismo día del vuelo podrían decirme si podríamos volar, así que hice la maleta y pagué el tren hacia Barcelona, sin saber si podría viajar. Sabía que si el vuelo se cancelaba, y el curso se posponía, yo ya no podría ir, porque me regresaba a México en 12 días.
Llegó el día de mi viaje a Kenia, y con la incertidumbre del viaje, escuché emocionada que: ¡mi vuelo a Nairobi seguía en pie! Los siguientes 10 días fueron inigualables, aprendí mucho, vi muchos animales y conocí muchos lugares nuevos totalmente únicos. Regresé a México aún más motivada de seguir con mi carrera en Biología, y con la esperanza de algún día regresar a África.

En 2014 hice mis prácticas profesionales con el investigador Rafael Reyna, director del Grupo Ecología para la Conservación de la Fauna Silvestre de ECOSUR trabajando con la ecología y conservación del tapir centroamericano en Campeche sobre lo que publiqué un artículo científico en la revista Therya.
A partir de esta experiencia, propuse a la Asociación Biomas crear un curso en la Selva Maya en Calakmul, Campeche, México, en colaboración con ECOSUR (Colegio de la Frontera Sur, centro de investigación mexicano) y en apoyo a las comunidades locales. Este curso fue realidad en 2017 y repetimos en 2019.

En 2015, a través de una beca de la Universidad de Cambridge, me fui a estudiar suricatas por un año en el desierto del Kalahari en Sudáfrica.

Ahora regreso al presente, 6 de Diciembre del 2021, 8 años después, estoy en Nairobi, y mañana vuelo a Barcelona, vengo de Zimbabue, de haber pasado 7 meses acampando en la sabana en un parque nacional llamado Hwange, estudiando licaones.
¿Y si te preguntas por qué estuve 7 meses en Zimbabue y ahora paso por Kenia? Pues la respuesta es que actualmente a través de varias becas estoy estudiando un doctorado en Zoología en WildCRU en la Universidad de Oxford, Inglaterra, y mi tesis es sobre cómo afecta la competencia de leones y hienas moteadas a los licaones; entonces estos 7 meses en Zimbabue estuve haciendo mi trabajo de campo. Y ahora la respuesta al porqué estoy en Kenia, pues es porque justo antes de regresar a Inglaterra, surgió la nueva variante de COVID ómicron, y todos los vuelos a Europa fueron cancelados; así que tuve que volar de Zimbabue a Kenia para poder regresar a Europa.

Ahora que veo todo en retrospectiva, nunca me imaginé que algún día llegaría a trabajar con carnívoros africanos, y desde luego en 2013, nunca me imaginé que algún día llegaría a ser parte de biO+.
Si quieres saber más sobre mi trabajo de investigación con licaones, visita:
https://bio-mas.weebly.com/wilddogs.html
En los cursos de biO+, no nada más aprendes, sino que además te la pasas bien, conoces gente extraordinaria, ves animales silvestres en su ambiente natural, y viajas a lugares prístinos llenos de vida. Los cursos de biO+, te recuerdan que la vida está para vivirla y disfrutarla, siempre intentando generar un impacto positivo a la humanidad y a la naturaleza; y que aunque ese impacto pueda parecer pequeño, puede resultar en realidad muy significativo para las personas y las áreas naturales involucradas.
Al final las personas que hacemos biO+, ya no somos solamente colegas, sino que ya nos volvimos amigos en realidad.
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O ¿cómo pasar de alumna a profesora en biO+? (tras currárselo mucho…)