
Me chirrían los oídos; suena el despertador de Alberto (profesor del curso, investigador del MNCN). No recuerdo la hora en la que pusimos el despertador pero es temprano. ¡Quién me manda a mí a rescatar fauna en medio de la nada por el sur de Marruecos! ¡Y durante mis vacaciones! Nada, es un vicio, una tradición, y como tal, aquí estamos, un año más.
Ya llevamos algunos días de expedición y las pocas horas de sueño y el cansancio empiezan a hacer mella. Los pies y las ojeras de todos los estudiantes lo certifican. No obstante sus ganas y buen humor nos indican otro día de buen campéo, que es lo que nos gusta a todos y a por lo que hemos venido.
Coger fuerzas con un buen almuerzo es fundamental; vuelan los tés, panes, mermeladas y quesos por el espectacular riad en Tighmet. Se ha creado un buen ambiente y los chascarrillos y coñas de las noches anteriores salen a la luz delante de todo el grupo mientras almorzamos.
Es un descanso cuando nos toca repetir alojamiento dentro de la ruta, no perdemos tiempo en otras cosas; hoy es día de revisar aljibes y pozos. Preparados todos, salimos con 10 minutos de retraso. Otro clásico.
Como flashbacks del día me quedo con los aljibes revisados y la fauna rescatada, dos prospecciones (2 “bimbos” para el grupo, 6 especies nuevas contando aljibes y pozos… hemos de mirar cuántas llevamos, ya son unas cuantas…), un tradicional picnic marroquí al estilo Biomas debajo una duna arenosa en medio del reg, David (el otro profesor) haciendo el récord yendo a un aljibe que debía estar como mínimo en Senegal, (…) y como no la Cerastes cerastes (puede ser la más grande que haya visto, ¡menudo bicho!). A ver si esta noche cae la (C) vipera.

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Ya en la zona a prospectar, esperamos que anochezca explicando cómo haremos la prospección, el rastreo de la (C) vipera, así como indicaciones de seguridad. Antes de que se vaya la luz, pasamos el rato buscando una especie de eslizón y el gecko de casco (que aún no ha caído). Caen dos especies más para la lista. Es la noche que más me gusta; frontal en mano nos distribuímos y empezamos a rastrear en medio de dunas a plena luz de la luna. (….).
Hemos pasado unas horas increíbles, pero toca irnos, damos la voz de retorno por el sitio indicado. De vuelta nos lamentamos; después de 6 ediciones, es la primera vez que no la vemos. ¿Ha influenciado la luna llena? ¿simple azar? Sea como sea, el esfuerzo y la experiencia han gustado al grupo.
En el autobús, a lo largo del oscuro camino de vuelta, el ambiente está medio entristecido porque no ha salido uno de nuestros objetivos pero contentos porque aún quedan 3 días de curso y ya se ha visto mucho. Ahhh y por el increíble Tajín que nos han dicho que nos espera… ¡Son las 23h! «Nada, al acabar, una hora de clase y a dormir, mañana a las 8 desayuno».
Tienen suerte, no hay clase, solo era un amago del equipo para reirnos un poco. Ducha para quitarnos el olor infernal y a la cama. No quiero mirar la hora, sé que hay pocas horas para descansar. ¡Mierda, se ha quedado el móvil cargando! No me quiero levantar de la cama, estoy muerto. «¿Alberto, pones el despertador tu?».
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